La soledad

Podrías pensar que al estar embarazada es normal tener esa sensación de necesidad de pertenencia. Sin embargo, esa necesidad es intrínseca al ser humano, es una necesidad, es cuestión de vida o muerte.

Un ser humano integrado en la sociedad es normalmente una persona que siente pertenencia, pero ¿qué es la pertenencia? Bueno, yo la definiría como ese sentimiento de estar incluido en un grupo, de ser valorado y estimado por ese grupo; sentir que eres importante para un grupo de personas o sentir que cuando vuelves a tu ciudad te encuentras en casa.

El sentimiento de pertenencia es aquello que más he buscado en mi vida. Siempre me he sentido desubicada, como que no encajaba. Ha habido ocasiones en las que he sentido que encajo perfectamente, que cuadro aquí y ahora en el lugar donde me hayo. Sin embargo, ese sentiemiento que me aborda eventualmente diciéndome <<vuelves a un sitio donde no encajas y te vas de un sitio donde no tienes a nadie>> me hace sentir incluso más aislada, más sola.

La soledad bien entendida, apreciada y aceptada es un regalo ya que nos ayuda a vernos hacia dentro y a valorarnos como individuos. Pero no es esta soledad de la que hablo, me refiero a aquella que tiene que ver con el sentimiento de pertenencia. Aquella soledad que se siente cuando dentro de ti se revuelve el vacío que te acompaña. Aquella soledad que Úrsula -cada persona tendrá su archienAmigo psicológico individual- te recuerda recochineándose cuando sucede algo en tu vida que la lleva a pensar que tiene razón, aunque no la tenga.

La soledad es sentir que tu padre no está emocionalmente disponible para ti, que tu grupo de amigos cada vez es más reducido, que cada vez que cambias de lugar te cuesta más trabajo hacer amigos de verdad, que es complicado rodearse de personas que te nutran y a la vez entiendan tus carencias.

La soledad es un sentimiento, no una realidad. No está más solo el que menos amigos tiene, ni más acompañado el que más amigos tiene. Puedes estar rodeado de gente y estar sola. Puedes tener un apoyo incuestionable de tu gente y sentirte completamente sola. Porque, de nuevo, la soledad es un sentimiento que tiene su raíz en algo más profundo que una realidad del aquí y ahora.

La soledad que siento de adulta viene de una carencia en mi infancia. Viene de haber sentido que no era suficiente para aquellas personas que más quería en el mundo de pequeña, viene de haber querido abrazar a mi padre y haber sido rechazada una y otra vez, viene de haber necesitado el cariño de mi padre de pequeña y no haberlo obtenido o haberlo hecho condicionalmente, como recompensa, como premio. <<Si haces las cosas bien, te doy cariño. Si apruebas todo, te recompenso con palabras de aliento.>> Todo esto constituye ese origen de mi sentimiento de soledad, y ¡qué sentimiento más complejo y abrumador! Te inunda, entra en ti sin darte cuenta hasta que ¡pum! ¿qué me pasa? ¿por qué llevo semanas sin querer salir ni hablar con nadie? ¿por qué llevo semanas en las que me molesta todo de las personas que más cerca tengo? ¿por qué me estoy quejando todo el rato? ¡Ah, ansiedad! Sí, estos son los síntomas de la soledad, estos son los síntomas de haber tenido padres (por generalizar, vaya) emocionalmente ausentes durante mi infancia.

Y ahora tú dirás la típica frase Mr.Wonderful: <<Tú puedes cambiar tu realidad>>, y sí, por supuesto que puedo, pero es un proceso que conlleva la deconstrucción de muchas falsas creencias que se forjaron mi sistema de creencias en la infancia, y eso es extraordinariamente difícil. Hoy día trabajo en mis emociones, hago introspección muy habitualmente y mimo a mi niña interior. Identifico la voz de Úrsula cuando critica algo de alguien, cuando me suelta frases típicas de ella como: <<¿ves? no vales>>, <<joder, otra vez se ha dejado el desagüe sin limpiar>>, <<siempre igual>>, <<nunca lo hace>>, <<siempre lo haces tú>>…y un largo etcétera. Además también busco actividades que me gusta hacer, busco cuidarme, busco llevar un embarazo saludable, hago todo lo posible por controlar a úrsula, mimar a mi niña interior y hacer caso a mi voz adulta, que es la voz más objetiva de todas. Y aún así, es inevitable el sentimiento de soledad.

Como ya decía en un post anterior, dejar de sentir soledad no consiste en rodearse de gente a mansalva, sino que se trata de hacer un trabajo duro con una misma, un trabajo que te lleva a lo más profundo de tu ser y se sumerje en el universo de tu interior. Es un trabajo personal e individual que, fíjate tú, precisa de invertir tiempo en soledad con una misma, ¡pero qué controversia! Y en ello estoy. Es un camino largo en el que me sumergí en noviembre 2021. Aunque me costara muchísimo sacar de mi vida a una persona a la que quería enormemente, este hueco que ella dejó solo me ha traído beneficios. Hoy día no considero que tenga una gran cantidad de amistades, pero sí estoy segura de que las que tengo son de verdad, aunque estén repartidas por el mapa.

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